lunes, 30 de abril de 2012

"REFLEXION RECONSTRUYE TU PUENTE"




                               PUENTE DESTRUIDO




En una ruta, una carretera,  un camino  hacia la gran ciudad,  existía una señal, una advertencia. El letrero era evidente, el cartel que alertaba el peligro hablaba por si solo. Al borde del camino con letras grandes la señal decía: PELIGRO, PUENTE DESTRUIDO.

Nuestra vida es como una ruta a seguir, en la ruta a la eternidad existen muchas señales espirituales que nos advierten el peligro a caer al abismo.  Pienso que en la ruta hacia la cumbre, Dios ha provisto de un sinnúmero de  puentes  para atravesar lugares y momentos en los que existen muchos abismos en nuestra vida. 
Dios ha instalado puentes que nos ayudan  avanzar en el viaje, por tanto siempre existirá un puente para pasar de:
La oscuridad  a  La Luz
De la tristeza  a  la alegría
De la derrota y fracaso a la victoria y triunfo
De la guerra  a la paz
Del rencor  al perdón
Del orgullo  a la humildad
De la lujuria a la pureza
Del egoísmo a la solidaridad
Del fracaso  al éxito
De la derrota a la victoria
De la avaricia a la  generosidad
Del odio al amor
De la condena a la salvación
Hay un puente para cada ocasión, que transforma un camino negativo en un camino positivo.
El puente esta hecho, el único problema es que nosotros, a veces intencionalmente, otras sigilosamente y otras tantas hasta disimuladamente lo destruimos.  
Sabe como se destruye un puente con explosivos, con dinamita.  En nuestro caso espiritual el explosivo y la dinamita que usamos para volar el puente  se llama PECADO.
No cabe dudas que el pecado destruye todos los puentes que el Señor  ha tendido para culminar con éxito esta travesía hacia la tierra prometida.
En este momento de su vida:
El pasado estaba lleno de éxitos, en el presente solo conoce el fracaso
En el pasado abundaba la alegría, en el presente solo existe la tristeza
Ayer estaba lleno de esperanza  hoy esta desilusionado y deprimido
Podríamos mencionar muchos, pasados y caminos positivos que hoy se convirtieron en presentes  y senderos negativos.
Los puentes volaron, se hicieron pedazos, simplemente por dejar que nuestra mente y nuestro corazón se llenen de PECADO.
Una Buena Noticia, hay solución el Arquitecto del universo, esta dispuesto a reparar el puente dañado que lo separa de la cumbre,  Nuestro Dios que es rico en amor y misericordia esta presto para construirle un nuevo puente.
El material que el utiliza tiene que asociarse al material que usted tiene que dar.
Para construir un nuevo puente espiritual se requieren  dos cosas. 
Se necesita una sociedad de dos personas, cada cual pondrá el material que se requiera.
Dios pone de su parte,  pero usted también tendrá que poner la suya.
El 50% es de Dios y este material se llama PERDON
El otro 50% por ciento es tarea suya y se llama ARREPENTIMIENTO
Dios construye nuevos puentes utilizando el PERDON siempre y cuando usted se arrepienta de haber roto el puente con sus pecados.
 Recuerde siempre que por cada puente destruido, existe uno  nuevo por construir, para ello solo se necesita el PERDON y ARREPENTIMIENTO.
Oración: 
              Señor, con humildad y reverencia quiero confesarte que hasta el día de ayer caminaba por la vida disfrutando de todos los puentes que me ayudaban a cruzar los abismos que separan el bien del mal.   Señor hoy quiero decirte que por causa de mi pecado, el puente se destruyo, y hoy  estoy parado a la orilla del abismo,  el cual me causa temor, pánico, dolor, depresión, tristeza, a causa de mis fallas hoy vivo sin esperanza, mi vida carece de fe y  amor.   
Solo tengo una palabra para clamar: PERDON, PERDONAME Señor.  En este momento me ARREPIENTO de todos mis pecados,  Señor imploro  tu misericordia y perdón.  Tengo confianza Señor que a partir de este momento,  mi arrepentimiento unido a tu PERDON,  se transformara en un NUEVO PUENTE, que me permita cruzar el abismo y seguir  caminando hacia la patria Celestial.  Gracias por tu misericordia Señor.
AMEN.
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sábado, 28 de abril de 2012

"REFLEXION LEJOS DE TODO"



                                                “LEJOS DE TODO’’

  Lucas 9, 12: “El día comenzaba a declinar los 12 se acercaron para decirle despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida en las aldeas  y pueblecitos de los alrededores porque aquí estamos LEJOS DE TODO
Estoy seguro que muchos tenemos problemas y necesidades, hay personas desesperadas  como en la teleserie americana que va por la 8va temporada que se llama “esposas desesperadas’’  hoy existen  esposas desesperadas porque su esposo regrese, cuantas personas hay que sufren de soledad están deprimidas y pensamos que ya no podemos saciar esta necesidad porque estamos abandonados, amargados, olvidados pero hay una buena noticia mis hermanos si usted piensa que ya es demasiado tarde. Nos dice la palabra del Señor que el milagro de la multiplicación de los panes se dio precisamente cuando ya era tarde si ustedes presto atención al evangelio escrito anteriormente el versículo 12 empieza así el día comenzaba a declinar en otras versiones de la biblia dice ya se estaba haciendo tarde.  Jesús aparece cuando ya se hace tarde, cuando todos nos han abandonado el llega para saciar nuestra necesidad, para multiplicar el pan de nuestra vida para multiplicar la fe la esperanza y el amor.
¿Porque creen que Jesús llega tarde?  Le preguntaba al Señor ¿Por qué llegas tarde? Y él me respondió con estas palabras que están en Deuteronomio 8, 3: “Te hizo pasar necesidad te hizo pasar hambre y luego el te dio a comer mana que ni tu ni tus padres habían conocido quería enseñarte que no solo de pan vive el hombre sino que todo lo que sale de la boca de Dios es vida para el hombre”.  
Hoy por hoy  ¿Que quieres que Dios multiplique en tu vida?  ¿Tu matrimonio está en crisis?  ¿El amor, la fe, la esperanza, la alegría? Que hacer para obtener todo esto.  La respuesta  para que se dé la multiplicación del alimento espiritual en nuestra vida está en el versículo 12 del capítulo 9 de Lucas, Cuando los discípulos le dicen a Jesucristo: “despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida en las aldeas  y pueblecitos de los alrededores porque aquí estamos lejos de todo”,  en estas circunstancias  estando lejos de todo es cuando  el Señor multiplica  nuestras necesidades espirituales.
Hay que estar lejos de todo, es decir lejos del alcohol, lejos de los placeres carnales lejos de la fornicación y el adulterio, lejos de la avaricia, lejos de la envidia, lejos del orgullo,  LEJOS DE TODO, para que el Señor comience a multiplicar y saciar las carencias de nuestra vida.
En tiempo de decisión, es momento para  alejarnos de todo lo que nos impide recibir el verdadero alimento: Jesucristo  es el pan vivo bajado del cielo. Jesucristo es lo que tu  y  yo necesitamos para alimentar nuestras almas hambrientas y necesitadas.
¡Gracias! Señor por que te interesas por mis carencias y necesidades, gracias mi Dios por tu hijo Jesucristo, el es el único alimento que necesito para tener vida en abundancia. 
servicio biblico catolico paita

"REFLEXION EL JUICIO FINAL"


                               EL JUICIO


Los hombres mueren una sola vez  y después viene para ellos el juicio” Hebreos 9,27
  “Pues todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir cada uno lo que ha merecido en la vida presente por sus obras buenas o malas” 2corintios 5,10 
Algún día usted morirá, yo moriré, algun días todos  moriremos.
Una pregunta: ¿Cuál quiere que sea su epitafio?  ¿Que frases quiere que se lea en su tumba? ¿Con que frases usted quiere que lo recuerden?
Un antiguo epitafio de  un cadáver, difunto  que ya falleció decía: 
      “Lo que gaste lo tuve
             Lo que guarde lo perdí
                   Lo que di, lo tengo
Esta es una gran verdad,  a la hora de la muerte cuando estemos en el tribunal de Cristo para rendir cuentas (2da Corintios 5,10), lo que guardamos lo que no gastamos, todo el  dinero, casas, autos, todos  los bienes materiales, pasa a otras manos, LO PERDIMOS
Lo que gastamos en cosas vanas, lo que derrochamos en bebidas, en fiestas, todo el derroche en placeres carnales LO TUVIMOS.
Pero lo que dimos, toda obra de caridad,  las obras de misericordia,  todo el bien que hicimos por el prójimo,  el tiempo que invertimos en el Reino de Dios, el tiempo  dedicado en anunciar y proclamar la buena noticia de la salvación,  no lo perdimos,  eso lo conservamos, ante el tribunal de Cristo eso LO TENDREMOS 
En este tiempo meditemos acerca de la muerte,  esta no tardara en llegar, puede llegar este mismo día, mañana, puede llegar de aquí a un año, veinte años,  puede demorar  quizás más, pero  más tarde que temprano o más temprano que tarde: llegara. 
Hay un proverbio africano muy interesante que dice así: “Todas las mañanas en África, una gacela amanece sabiendo que si no empieza a correr, será presa de un león y perderá su vida. Y todas las mañanas  en el mismo continente africano también amanece un león que sabe que si no empieza a correr, no lograra comerse a una gacela y morirá de hambre.  “Así que ya sea que te haya tocado en la vida ser león o gacela, que la mañana te sorprenda corriendo”  
Niños, Jóvenes, adultos,  ancianos, cualquiera sea la etapa de vida que estén viviendo,   que cada mañana  se pongan  a correr para hacer algo útil.
 Si en la vida te toco ser Doctor, Ingeniero, Licenciado, Gerente, Dueño de empresas,  comerciante, Sacerdote, monja, servidor, predicador, sea lo que fueras que el día te encuentre corriendo ayudando a los demás,  que la tarde te encuentre haciendo el bien, que la noche te encuentre  haciendo de este mundo un mundo mejor. Que la muerte te encuentre proclamando y anunciando la buena noticia de la Salvación.  Todos los días pongamos todo nuestro esfuerzo para que cuando llegue la  muerte nos encuentre corriendo es decir preparados, arrepentidos  haciendo el bien, y sobre todo amando a Dios con todo el corazón, con toda la  mente, con todas las fuerzas y con toda el alma. Amen
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viernes, 27 de abril de 2012

"REFLEXION INVITACION AL BANQUETE"



Invitación al banquete

Lucas 14,16-24 
La palabra nos habla que un hombre dio un gran banquete e invito a mucha gente, a la hora de la comida envió  a decir que ya todo estaba listo. PERO ,PERO, TODOS se disculparon que no podían ir. 
Uno dijo voy a ir a ver mi terreno....
Voy a ir a ver mis bueyes.
Recién me he casado.
Siempre ponemos excusa utilizamos el PERO  a la invitación que nos hace Dios.  
No puedo ir por que tengo que ir a una fiesta. Decía el otro día un taxista.  Que voy a hacer en la iglesia
No puedo ir por que tengo que ir a jugar billar, fútbol,
No puedo por que tengo que estar con los amigos
No puedo por que tengo que ver Sábado Gigante que esta imperdible
No puedo por que tengo que trabajar tengo que ver mi tienda.
No puedo por que estoy de vacaciones,
No puedo por que tengo que dormir he trabajado toda la semana.
No puedo ir por que se van a burlar de mi.
No puedo ir por que perderé a mis amigos.
Otros dicen yo no voy por que soy muy bueno, si yo estoy bien así no mato no robo no le hago mal a nadie, la mayoría nos creemos muy buenos, (SANTOS) para venir a Cristo.  No entiendo a veces si ud. Pregunta a la mayoría si es bueno buenísimo dicen pero miren en una ciudad donde la mayoría creen en Dios y son buenos, por que hay tanta violencia, corrupción, vicios, inmoralidades, peleas, división , chismes, mentiras,   creemos que ir de vez en cuando ya cumplimos. Con ir
Cierta vez un matrimonio estaban planeando visitar TIERRA SANTA ellos querían ir por todos los lugares descritos en la Biblia,  conoceremos el monte de Gestsemani, el Gólgota, el monte Carmelo,  y todos los lugares donde estuvo Jesucristo dice la esposa, el esposo emocionado responde yo  quiero estar en el monte Sinai, donde Dios le dio los 10 mandamientos,  quiero estar ahí, y empezar a proclamar en voz alta cada mandamiento  de Dios. Si eso quiero una y otra vez voy a repetir los 10 mandamientos... Querido le dice la esposa, no seria mejor callarnos y en vez de querer repetir una y otra vez los  10 mandamientos CALLARNOS , OBEDECERLOS Y PONERLOS EN PRACTICA  
La mayoría de las veces no aceptamos la invitación no por que nos quedemos a hacer cosas malas, si no que rechazamos por que sustituimos  a Dios.  Por otras cosas por las cosas pasajeras  cosas materiales, y Dios nos dice. Amaras al Señor con todo con todo tu corazón, pero nosotros amamos mas nuestras cosas 
Jesús nos invita cada día a su reino para que? Juan 10,10  yo he venido para que tengan vida y vida en ABUNDANCIA..  y en la mayoría de los casos por rechazar la invitación a la fiesta del Señor, es que estamos como estamos,  , tristes, sin esperanza cansados, sin rumbo, lamentándonos todos los días pensando en aquellos años idos de abundancia.    
La palabra dice que rechazaron la invitación entonces el dijo vayan y traigan a los cojos lisiados,  ...
Volvieron y le dijeron hemos hecho todo eso pero aun queda campo
Que Tal,  aun ay espacio es increíble como nos cuesta. 
Y a nosotros que mal que mal aunque sea a la fuerza nos han traído que nos dice el Señor.
Mt 22,,11-13 Después entro el rey para conocer a los que estaban sentados a la mesa y vio un hombre que no se había puesto el traje de fiesta. Le dijo: “amigo, ¿Como es que has entrado sin traje de bodas?  El hombre se quedo callado. Entonces el rey dijo a sus servidores: “atenlo de pies y manos  y échenlo a las tinieblas de fuera allí será el llorar y el rechinar de dientes”. Sepan que muchos son llamados pero pocos son elegidos.
No basta con asistir a la iglesia,  no basta con estar en una comunidad catolica, el requisito principal es llevar el vestido adecuado. Y cual será el vestido adecuado es BLANCO ,BLANCO. 
Conclusión,
Estamos asi  por que Dios nos ha invitado es necesario estar siempre en la fiesta  con el vestido BLANCO . 
Una buena noticia, el Señor como un padre que ama a sus hijos esta dispuesto a ayudarnos para asistir, estoy seguro que el  tiene la solución a todas las excusas que nosotros ponemos para ir a El.  
A los que no quieren venir por que dicen que los asientos son  muy incómodos el querrá ponerles sofás
A los que no quieren venir por que dicen que le duele los ojos de mirar tele  y no quiere ir esta dispuesto a traer gotas para los ojos.
A  aquellos que dicen que en la iglesia hace demasiado frió. Traerá frazadas.
A los que no van  por estar con sus parientes y amigos el estaría dispuesto a traérselos.
A los que piensan que aquí pedimos dinero, el les diría no se preocupen todo es gratis
Habrá Doctores y Enfermeras, para lo que planean enfermarse el día que tengan que ir a la iglesia.
El templo decoraremos con arbolito de navidad para los que solo van en navidad.
A aquellos que no les gusta el ruido traería audífonos. Etc. Etc. 
Que esperamos la invitación es para todos. Pues la consecuencia de no aceptar la invitación Jesús la explica en Lucas 14,24 “ En cuanto a esos señores que había invitado, yo les aseguro que ninguno de ellos probara mi banquete.”   La mesa esta servida ya esta preparado solo falta UD. 
Como responderá a la invitación que le hace el Señor. 
Ojala que esperemos al  Señor como aquella joven Paiteña, que todos los días cosia y  cosia, su tío le pregunta oye Juana que estas cosiendo  estoy cosiendo un VESTIDO DE NOVIA, mi VESTIDO DE NOVIA. Por que sabe que ya hace 5 años que se ha ido mi NOVIO A Lima. y pueda ser que este verano o el otro llegue. Tarde o temprano llegara y tengo que tener listo mi vestido . Todos los días, hay que coser nuestro vestido NUESTRO TRAJE DE GRACIA PARA  poder esperar a Jesucristo el NOVIO y  participar de su BANQUETE ., CON UN VESTIDO BLANCO BLANCO SIN MANCHA        AMEN.
                    serviciobiblicocatolico@hotmail.com
 

"TEMA LA BIBLIA" 9

PENTATEUCO- GENESIS CAPITULO 1-11




I. INTRODUCCIÓN


Los relatos bíblicos no nacieron en Israel como una revelación llovida del cielo, por casualidad. Fue, más bien, fruto de una reflexión iluminada por el Espíritu Santo, sobre la existencia y las experiencias de la humanidad. Estos relatos bíblicos no tratan de dar una respuesta científica sobre cómo ocurrió la creación. No es la finalidad de la Biblia. Mientras la ciencia responde a la pregunta cómo suceden las cosas, la Biblia, por el contrario, da respuestas al porqué y para qué de las cosas, en vistas a la amistad con Dios aquí en la tierra y la salvación en la eternidad.


En este capítulo afrontaremos estas preguntas y problemas: de dónde viene la vida, por qué y para qué creó Dios todo; existía algo o alguien antes de la creación del mundo; por qué se narra en forma pintoresca (serpiente, fruta prohibida, costilla de Adán, diluvio, torre de Babel, etc.); cuáles son los temas profundos que esconde el Génesis; cómo viene presentado Dios en el Génesis; cómo compaginar el relato de la creación con la teoría de la evolución, defendida por la ciencia; por qué existe el mal y cómo empezó en el mundo.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Conocer el mensaje fundamental del Libro del Génesis
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Tomar conciencia de mis orígenes como creatura de Dios y del plan de Dios para mí.
IV. TESIS: El libro del Génesis no es un libro de historia, sino un libro de fe. Trata de los orígenes del mundo, del hombre y del pueblo de Israel. Al autor del libro no le interesan los hechos en sí mismos, sino que usa de los acontecimientos en la medida en que sirven para enseñar y explicar el Plan divino. Por eso los nombres de los personajes, su edad, sus fechas, los números...son simbólicos y esconden una verdad revelada por Dios, que sólo descubriremos desde la fe, ese regalo dado por Dios el día del bautismo.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. La Biblia y la ciencia

La Biblia nos dice que el mundo fue creado en siete días; la ciencia nos dice que se necesitaron millones de años para el desarrollo del universo. La Biblia nos dice que Dios creó al hombre del barro, la ciencia afirma que procede por evolución. ¿Hay contradicción?
No. Las dos, la ciencia y la Biblia, miran al mismo problema de los orígenes, pero desde dos puntos de vista totalmente diversos. La ciencia busca investigar y explicar lo que realmente pasó al principio. La Biblia, por el contrario, hace una reflexión religiosa sobre la vida y el hombre frente a Dios.
Pongamos un ejemplo: coloquemos delante de la luna a un científico y a dos enamorados. ¿Cómo hablarían de la misma luna estas personas? El científico comenzaría a darnos datos, distancias, cifras, noticias geográficas relativas a la luna...Los enamorados empezarían a tejer sueños, ideales, sentimientos, hasta darían vida propia a la luna, se la prometerían al otro.
Así pasó con el problema de los orígenes: el autor del Génesis quiere darnos una respuesta profunda, inspirada por Dios, a los problemas fundamentales del hombre y transmite sus respuestas a través de un género literario “sapiencial” o “poético”. Así que la verdad del Génesis no está en Adán y Eva, como personas reales; en el Edén, como un lugar preciso; en la serpiente, la manzana, el barro, etc., sino en el mensaje religioso que estas historias encierran.
2. Autor y fecha del Génesis
El libro del Génesis no tiene un solo autor sagrado. Es el resultado de antiguas tradiciones orales, populares, y de la recopilación de las tres fuentes o tradiciones: yavista, eloísta y sacerdotal.
Se compuso, más o menos, hasta el siglo X a.C.
3. Características literarias del Génesis
a) Se dan las tres tradiciones: Yavista, Elohísta y sacerdotal.
b) Las formas literarias que usan son: relatos míticos (28), leyendas y genealogías.
c) Las narraciones de los primeros capítulos del Génesis no son del todo originales. En la literatura antigua de los pueblos cercanos a Israel, como toda la región de Mesopotamia, se encuentran leyendas, cuentos, relatos populares, mitos que hablan de los orígenes del mundo. En ellos se aprecia mucha semejanza con las páginas bíblicas, especialmente en algunas obras de Babilonia, como: el poema de Enuma-Elish, la epopeya de Atra-hasis, el poema de Gilgamesh. Sin embargo, las semejanzas son sólo aparentes: se habla del hombre creado con el barro, de una serpiente, del diluvio, etc. pero el pensamiento es muy diferente. En el texto bíblico salta a la vista la enseñanza del monoteísmo, contra el mundo poblado de dioses en Babilonia; la Biblia habla de un Dios-Amor, que es el Señor, amigo del hombre, mientras que los mitos de Mesopotamia dan una visión de dioses fracasados, egoístas, opresores del hombre, quien es el juguete de los vicios de los mismos dioses. Finalmente, el relato bíblico está purificado de toda tentación fantástica y mitológica: se presenta sobrio y concentrado en la reflexión teológica, en contraste con las fantasías de los relatos extrabíblicos.
Concluimos: El Génesis es original y único, no en la forma literaria, sino en el mensaje sobre Dios y el hombre.
4. Contenido temático del Génesis
Está dividido en dos gran partes:
a) La historia de los orígenes: capítulos 1-11
Cap. 1-3: relato de la creación, la caída del hombre, la intervención de Dios y la sentencia, la promesa de la redención.
Cap. 4 y 5: Caín y Abel. El progreso del mal y de la humanidad.
Cap. 6-10: El diluvio universal (29). Consecuencias del pecado. Alianza de Dios.
Cap. 11: La torre de Babel (30). Consecuencias del pecado. Llamada de atención de Dios.
b) La prehistoria de Israel: La historia de los patriarcas: capítulos 12-50
Cap. 12-25: Vida de Abraham.
Cap. 26-27: Vida de Isaac.
Cap. 28-36: Vida de Jacob.
Cap. 37-50: Vida de José
5. Contenido teológico y espiritual de los capítulos 1-11 del Génesis
1) Sobre Dios:

a) Dios es eterno, existe desde siempre, nadie lo ha creado. Es trascendente, es decir, está más allá de nuestros esquemas, no se puede fijar en unos rasgos o figuras que nosotros dominamos o manejamos. Es el único y verdadero Dios, que no puede confundirse ni mezclarse con las creencias politeístas y panteístas entonces existentes y a las que se sentían inclinados los mismos israelitas. Se insiste mucho en el monoteísmo, es decir, un solo Dios. Las demás cosas son creaturas y obras de Dios.
b) Dios es Creador del Universo, rector de la historia, Dueño y Señor, y, en cuanto tal, ha elegido unas personas con las que formar un pueblo suyo: Israel. Por tanto, todo lo demás es creatura de Dios. Por ser Señor puede mandar y prohibir a sus creaturas. Y lo hará siempre para nuestro bien personal y comunitario.
c) Dios está lleno de Poder y Majestad: Toda la creación es obra exclusiva de Dios: crea de la nada para demostrar su omnipotencia. Por un acto de amor y voluntad mantiene en el ser a todo lo que ha creado.
d) Dios, lleno de bondad: todo lo hizo bueno. Su bondad le hizo estar cercano al hombre, dispuesto al perdón, a renovar la alianza. Por eso hizo la promesa de redención (Gn 3, 15) (31). Es lo que se llama el Protoevangelio (primera buena noticia). Es un versículo esperanzador, en medio de los castigos del pecado original. La victoria de esta lucha del demonio con el género humano le tocará a la “Mujer” (es decir, a María), que vencerá el mal, aplastándole su centro vital: la cabeza. En la palabra “Linaje” se vislumbra ya la figura del Salvador, y en la mujer los cristianos siempre han visto una figura de María, la Virgen Madre de Dios.
Esta bondad de Dios la demostró también con Noé, que alcanzó el favor de Dios, por ser hombre religioso, justo y recto (cf. Gn 6, 8). Y Dios hizo una promesa de vida con la humanidad: “Ya no volverá a existir diluvio que destruya la vida...” (Gn 9, 9-15).
2. Sobre el hombre:
a) Dios creó al hombre a imagen y semejanza de Él:
por tanto, inteligente y libre, con su propia autonomía, su capacidad de realizarse y dominar la tierra. Sólo con alguien semejante Dios puede establecer una alianza, un trato de amistad, un diálogo. La imagen más profunda de Dios somos los hombres, por eso a Dios hay que encontrarlo precisamente en los demás, no para divinizarlos, sino para tratarlos con respeto y con justicia (32).
b) El hombre es dueño del mundo: dueño, en cuanto Dios le ha dado el mundo como “casa”, y él organiza y disfruta de las cosas. Dueño, en cuanto tiene que custodiarlo y cultivarlo, como algo encomendado. El hombre es administrador sabio que cumple y realiza la voluntad de su amo (33). Para realizar esta misión, Dios le concedió el don de la palabra para que pusiera nombre a todo (cf. Gn 2, 19-20). Poner nombre es levantar un acto de dominio. No domina por la fuerza material, en virtud de una potencia irresponsable y ciega; sino en virtud de la palabra o pensamiento. Gracias a la palabra y el pensamiento, el hombre puede discernir, sopesar, encontrar la verdad de las cosas, y llevar adelante la técnica y la ciencia. El hombre se dignifica en el trabajo y mediante el trabajo continúa transformando el mundo y mejorándolo.
c) El hombre es responsable de sí mismo: El hombre ya no es sólo el guarda satisfecho de la tierra. Su vida no se cierra cultivando plantas y domando fieras o tesoros minerales. Debe decidir sobre sí mismo: Dios le ha dado las llaves de su vida, una conciencia para distinguir lo bueno de lo malo. De cuanto decide, hace y dice es responsable. Aquí está la grandeza del hombre: en decidir su propio destino. Dios no le impone el bien o el mal. Le propone el bien y le pone en guardia sobre el mal. Pero el hombre es quien opta. Puede escoger el bien o el mal. Si escoge el bien, se realiza. Si escoge el mal, se destruye. Por tanto, el mal y el pecado no vienen de Dios; la causa de todo sufrimiento y del mal moral debe situarse en el misterio de la libertad del hombre, que, aunque no debe hacer el mal, lo puede hacer.
d) El hombre está abierto hacia los otros: el hombre no estaría satisfecho totalmente sólo con el dominio de las cosas. Por eso Dios le dio una ayuda semejante, una compañera. Sólo la mujer es la única digna compañera del hombre; lo material y los animales no pueden ser dignos de una relación personal. Y los dos se convierten en personas, en cuanto entran en relación mutua y dialogan entre sí. Sólo en el encuentro con el otro, que es igual en dignidad y distinto en complementariedad, el hombre puede admirarse y gozarse (cf. Gn 2, 24). La mujer aquí es presentada como portadora de gozo, de vida, de fecundidad. Sólo con Eva, Adán puede comunicarse en sentido radical: dialoga en gesto de alteridad y encuentro.
e) El hombre es elevado por Dios a un estado de santidad y justicia que lo hace gozar de la felicidad, de la intimidad divina. Esa felicidad depende de la obediencia del hombre y de la mujer a Dios.
f) El hombre, no obstante esta dignidad, sigue siendo débil: El hombre (Adán) ha salido del polvo (Adamáh). Este juego de palabras quiere explicar el débil arraigambre del hombre: el autor anticipa ya en cierto modo la posibilidad de la caída.
g) El hombre, instigado por Satanás, se deja llevar por la soberbia y desobedece a Dios, pecando contra Él y contra el plan que Dios le había marcado: quiere el hombre hacer su vida, al margen de Dios. El hombre no acepta las limitaciones inherentes a su propia naturaleza. Y se rebela. Tal rebeldía acarrea malas consecuencias al hombre y a su familia, sufrimientos, peleas, diluvios, muerte. El hombre y la mujer, con el pecado, pierden los privilegios de santidad y justicia originales, pierden la intimidad con Dios. Pero el castigo no es definitivo, Dios es misericordioso y promete al hombre un Redentor que triunfará sobre el pecado y el mal. De esta realidad del pecado, destacamos unos rasgos:
* El pecado pertenece a Adán, no es de los dioses. Adán es el hombre, el principio de lo humano que subyace en cada uno de nosotros. No echemos la culpa a Dios que nos hizo libres. Tampoco descarguemos esa culpa sobre dioses o demonios; ellos son los que derivan del pecado y no a la inversa. Finalmente, no podemos refugiarnos en ningún tipo de destino, como decían los griegos.


* En nuestra vida se entromete la serpiente (cf. Gn 3, 1-6): esta serpiente es el antidiós que quiere inocular su veneno de soberbia y de ansia de independencia en el corazón del hombre.
* El pecado es pretensión de hacernos dioses a nosotros mismos, olvidándonos de nuestra situación de criatura, como los que quisieron construir la Torre de Babel (cf Gn 11). Es buscar la propia autonomía en clave de independencia, como endiosamiento de las propias apetencias, deseos y realizaciones. Es querer realizarnos a nosotros mismos, en virtud de nuestra técnica y esfuerzo, al margen de Dios. Es querer dominar incluso a Dios, para usurparle su lugar y rechazar el Plan que Él tenía para el hombre. Es querer levantar un monumento, donde dar culto idolátrico al egoísmo, al placer, a la libertad, a la moda. Dios, ante tan grande soberbia e insolencia, intervino con severidad. Pero, no olvidemos, el castigo del pecado lo escogemos nosotros. Cf. Rm 5, 12-21.
h) El hombre con el pecado original ha originado los restantes pecados:
Quedó rota la hermandad entre los hombres; así Caín mata a Abel (cf. Gn 4, 1-16) y nace el reinado de la violencia y la ley del más fuerte, simbolizada en las amenazas de Lamec (cf. Gn 4, 23). El hombre se encuentra dominado por el mal y la tierra está llena de violencia, hasta el punto que Dios permitió el diluvio (cf. Gn 6-9) (34). La torre de Babel (cf. Gn 11, 1-9) es el último eslabón de esta cadena de pecado que se desparrama sobre la tierra.
Frente a esto, está la historia de Dios, que teje la primera alianza de salvación con Noé, como primicia de las alianzas con los patriarcas. Hay almas buenas que fieles a Dios cumplen sus preceptos y Él tiene piedad y misericordia de ellas. La justicia de estas almas buenas beneficia a toda la humanidad.
3. Sobre el matrimonio:
Dios creó el matrimonio y quiere que en el matrimonio el hombre y la mujer sean iguales en naturaleza y dignidad y en derechos, y que uno y otro se complementen. El hombre y la mujer forman una unidad, se integran el uno a la otra, y son llamados a una comunidad de vida, en la amistad con Dios. El matrimonio es una unión más fuerte que la de la sangre: es afirmado ya desde aquí el carácter indisoluble y monogámico del matrimonio. La sexualidad es un don de Dios para el hombre y la mujer: Dios los quiso sexuados. La sexualidad tiene su razón honda y profunda en vistas a la unión de ambos en el amor para la transmisión de la vida. Por eso, las relaciones entre un hombre y una mujer son tan estrechas y profundas que los hacen ser “uno solo”. Ya desde el Génesis está claro que el matrimonio es la unión de una mujer con un hombre; de un hombre con una mujer.
4. Sobre el mundo y las cosas:
El universo entero fue creado por la omnipotencia divina. Todo lo hecho por Dios es bueno. Todos los seres de la creación son creaturas de Dios.


VI. CONCLUSIÓN A modo de resumen, las enseñanzas del Génesis son éstas: Dios es el creador de todo cuanto existe; el hombre fue creado por Dios para vivir en amistad con Él y fue colocado en un estado de felicidad; los creó hombre y mujer para que compartieran el amor y continuaran el género humano; por instigación del demonio el hombre pecó por soberbia, y por el pecado sobrevino el dolor, la muerte y todas las inclinaciones malas que todo hombre lleva consigo en su corazón; a la primera falta o pecado siguieron otros pecados de la humanidad; pero Dios no abandonó al hombre sino que le brindó su auxilio lleno de misericordia, continuamente, y le prometió mandarle un Salvador, que sería su propio Hijo, Jesucristo. 

VII. ORACIÓN: Señor, hoy como antes, los hombres nos olvidamos de ti. Permite que recordemos que Tú solo eres el dueño de todo cuanto existe y nuestro verdadero Señor. Que te obedezcamos y te amemos, como te mereces. Así sea
(28)Mito no significa mentira o invención. Mito es una forma de conocer que está siempre en los orígenes de las culturas y encierra un problema profundamente humano y religioso. El mito es una prefilosofía; por eso, no busquemos en los mitos la razón, sino el sentido profundo que se esconde detrás de ese mito. El mito es una forma literaria compleja: es a la vez inteligible e imaginativo, lógico e irracional; no es historia ni fábula ni novela, aunque participa de elementos de cada uno. ¿Cuál es el origen del mito? En el origen del mito está esa capacidad de “admirarse” ante las grandes cosas del mundo y ante los grandes problemas de la existencia humana. Los pensadores de la antigüedad echaron mano del mito cuando la palabra normal era impotente: realidades sublimes y religiosas, explicación cosmológica de los orígenes del mundo. Por tanto, el mito es ya una expresión y defensa del misterio y no una falsedad; nos descubre el desequilibrio existente entre el lenguaje humano y las realidades superiores que sobrepasan nuestro conocimiento natural. Pero, ¿es verdad o no es verdad el mito? No es la verdad, sino aproximación a la verdad; no es verdad plena, porque el mito es a la vez sueño y creencia que buscan realidades profundas sin preocuparse de la evidencia racional. Para el filósofo Jaspers el mito es el lenguaje de la trascendencia que está inmanente en cada corazón humano; el mito viene a expresar lo divino en nosotros.
(29) ¿Es histórico el diluvio? No cabe duda de que el autor habla de un hecho que él considera realmente acaecido. Es posible que haya pasado algo extraordinario en tiempos antiguos, que luego las tradiciones populares hayan engrandecido. ¿Universal? Universal debe entenderse no de toda la tierra, sino de una vasta zona de la región de Mesopotamia. ¿Cuál es el sentido? Lo importante del diluvio es el sentido espiritual que hay detrás. El diluvio es ante todo un drama humano: rompemos las compuertas de la propia vida y de los propios límites y saltan las aguas y las cataratas interiores, destruimos la paz de Dios y nos inundan las olas de la muerte, en un proceso angustioso de autodestrucción.
(30) La Torre de Babel no es solamente una creación imaginaria. Corresponde al “Ziggurat”, o torre de varios pisos, sobre la cual lo habitantes de Mesopotamia colocaban sus templos idolátricos. Babel es con probabilidad la misma Babilonia. Parece que la intención bíblica sea de condenar el culto idolátrico de Babilonia, fuente de ambición y división.

(31) “Pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón”. Conforme a lo que vimos del sentido de la Biblia, diremos acerca de este texto:
a) El sentido literal: la mujer es Eva y el linaje es la descendencia de Eva.
b)El sentido pleno: la mujer es la humanidad y el linaje son los hombres en general.
c) El sentido típico: la mujer es María y el linaje es Cristo y los cristianos.
El sentido literal es conocido por el autor bíblico y sus lectores. Los otros dos sentidos, el pleno y el típico están sólo en la mente de Dios, pues contienen un anuncio oculto. Ya cuando se realizó la profecía, podemos descubrir estos dos últimos sentidos.
(32) Léase Levítico 19, 18; Jeremías 22, 15-16
(33) Léase Génesis 2, 15-16
(34) Si leemos el diluvio con los ojos de este siglo en que vivimos tenemos que constatar que también nos hallamos amenazados por otros diluvios: el riesgo de la polución ambiental, la guerra atómica y nuclear... Dios ha confiado en nuestras manos la existencia de los cielos y la tierra. ¿Qué haremos? Allí donde el pecado nos derrumba, se derrumbarán también los principios de todo lo creado.



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domingo, 22 de abril de 2012

"TEMA LA BIBLIA" 8

                                  EL PENTATEUCO







INTRODUCCIÓN

Nos separan casi tres mil años de los primeros libros de la Biblia. Hay que ambientarnos en aquella época, para poder entenderla. Hay dos peligros: uno por exceso, es decir, creer al pie de la letra lo que dice la Biblia, a través de sus metáforas y géneros literarios; y el otro por defecto: rechazar todo, por considerarlo fantástico y lleno de colorido imaginativo. Nuestra actitud debe ser otra: sacar el mensaje de Dios, que se esconde detrás de ese revestimiento literario.

La religión del Antiguo Testamento es una religión histórica, es decir, fundada en la intervención directa de Dios a determinados hombres, en determinados tiempos y lugares. Dios hizo su elección y promesa e invita al hombre a su amistad y le pide fidelidad como respuesta a su alianza. Esta fidelidad pasa por cumplir la Ley que el Señor les ha dado. Por tanto, la historia sagrada se mueve en torno a estas realidades: Promesa, Elección, Alianza y Ley.


Todo el Antiguo Testamento podemos dividirlo en libros históricos, libros proféticos y libros doctrinales. Los judíos lo dividen así:


La Ley o Torah:
los primeros cinco libros.
Los Profetas o Nebim
: los libros proféticos.
Los Escritos o Ketubim:
los Salmos, Proverbios, Job, Cantar, Ruth, Lamentaciones, Cohelet, Esther, Daniel, Esdras y Crónicas.
Los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, conocidos tradicionalmente como Pentateuco, constituyen un magnífico pórtico que da acceso al majestuoso edificio de la Biblia.

El nombre Pentateuco, de origen griego, alude a los cinco (penta) libros o “rollos” que lo forman y a los instrumentos o estuches (teukhos) en que se guardaban. No estamos ante cinco independientes. Al contrario, cada libro desemboca en el siguiente o arranca del anterior, de forma que todos juntos desarrollan una misma trama narrativa que va desde la creación del mundo, pasando por el nacimiento de los pueblos, la era patriarcal, la estancia israelita en Egipto y en el Sinaí, hasta el comienzo de la Conquista de Canaán y la muerte de Moisés, en los umbrales de la tierra prometida. Esta historia unitaria y continua, formada casi a partes iguales por relatos y leyes, se divide a su vez en seis grandes etapas o capítulos, perfectamente diferenciados:

Historia de los orígenes (Gn 1-11)

Historia patriarcal (Gn 12-50)

Salida de Egipto y marcha hacia el Sinaí (Ex 1-18)

Revelación en el Sinaí (Ex 19-40 + Lev + Nm 1-10)

Marcha desde el Sinaí hasta los llanos de Moab (Nm 10-36)

Discursos y despedida de Moisés (Dt)

Estos cinco libros forman la Torah o Ley por excelencia, la carta constitucional que plasmó los principios fundacionales y fundamentales, religiosos y civiles, por los que Israel se constituyó como un pueblo con identidad propia y referido en exclusiva a Yahvé, su Dios.

II. OBJETIVO DOCTRINAL:
Conocer las diversas corrientes de tradiciones que formaron el Pentateuco.
III. OBJETIVO VIVENCIAL:
Escuchar a Dios que busca entablar con nosotros una relación personal de amor y de amistad.
IV. TESIS:
El Pentateuco es la historia de la fundación de Israel, en el que se relatan sus orígenes y el mensaje central de su alianza con el hombre y la respuesta de éste a Dios. Es un gran libro dividido en cinco volúmenes o rollos: Génesis, Éxodo, Números, Levítico y Deuteronomio. Aunque su autor principal es Moisés, sin embargo, ha venido enriquecido y complementado por otros autores que echaron mano de unas tradiciones existentes, siempre bajo la inspiración de Dios.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:

1. ¿Qué es la Torah o Pentateuco?

La palabra “Pentateuco” viene de la lengua griega y significa “Libro de los cinco estuches”: Génesis, Éxodo, Números, Levítico y Deuteronomio. Estos libros son considerados como una sola unidad. Y se les llama la Torah o Ley
(22). Se llamaba la Ley porque lo fundamental de estos libros era la ley de Moisés, dada por Dios en el monte Sinaí, es decir, las prescripciones que regulan la vida moral, social y religiosa del pueblo.
Para nuestros ojos modernos, el rasgo más llamativo de esta legislación es su carácter religioso, la compenetración de lo sagrado y lo civil y cultural. Y este es el rasgo que quisieron dejar los autores.

Cada uno de los libros viene a indicar su contenido:

a) El Génesis
narra los orígenes del mundo y del género humano desde sus comienzos hasta la formación de Israel como pueblo, poco antes de la salida de Egipto.
b) El Éxodo
, la salida de los hebreos de Egipto, guiados por Moisés, el paso milagroso del Mar Rojo y su estancia en el Sinaí, donde reciben de Dios la Ley, sancionada por un pacto o Alianza (Berith) entre Dios y el pueblo. Desde este momento Israel llega a ser el Pueblo elegido y llamado por Dios.
c) El levítico:
trata del culto que era incumbencia de los sacerdotes mismos, y de la santidad de los sacerdotes mismos que eran considerados descendientes de Leví, el hijo de Jacob.
d) El libros de los Números
toma su nombre del censo del pueblo que aparece en sus primeros capítulos, aunque después se detiene a narrar la vida de Israel a través del desierto con sus múltiples vicisitudes.
e) Finalmente, el Deuteronomio (23)
que más que un código de leyes, es un conjunto de exhortaciones y de llamadas a Israel para que permanezca fiel al Señor.
Dos pilares tiene el Pentateuco: primero, el plan divino de salvación trazado por Dios; y segundo, la respuesta a ese plan por parte del hombre, de ese pueblo escogido.

2. Autor y composición literaria del Pentateuco

Tradicionalmente se atribuyó a Moisés la autoría del Pentateuco, pero estudios recientes han llegado a la conclusión de que él solo no pudo ser el único autor de los cinco libros. Él es el autor substancial, pero, durante largos años y en diversos momentos de la historia de Israel, otros autores fueron añadiendo elementos y reformulándolos.

Antes de ponerse por escrito, estas tradiciones se recitaban en los Santuarios. Más tarde, se fijaron por escrito.

¿Cuáles fueron las fuentes o tradiciones en las que se inspiró Moisés y demás autores?

a) Tradición yavhista:(24)
designada por la letra “J”. Es llamada así porque desde el principio llama a Dios “Yavhé”. Nació en la época de Salomón hacia el año 950 a.C. en los ambientes regios de Jerusalén. Características: estilo muy concreto, expresivo y dramático; imágenes vivaces; personajes, lugares y costumbres del pueblo precisos; Dios es presentado con imágenes muy humanas y populares (trabaja con el barro, pasea por el Edén, cierra la puerta del arca, visita y come con Abraham, etc.). En esta tradición, la salvación del pueblo estriba en la posesión de la tierra prometida: Canaán.

b) Tradición eloísta (25):
designada por la letra “E”. Es llamada así porque llama a Dios “Eloím”. A los cananeos los llama amorreos. Al monte Sinaí lo llama Horeb. Nació posiblemente después de Salomón, en el reino del Norte, después que el pueblo se dividió en dos. Las páginas de esta tradición están marcadas por la predicación de las profecías de Elías y Oseas y da mucha importancia a los profetas. Características: es menos dramático y menos concreto; presenta el mensaje religioso con más reflexión y tiene una fina sensibilidad moral; ve a Dios no de forma humana como “J”, sino tiende a espiritualizar la imagen de Dios: prohíbe sus representaciones (cf. Ex 24, 10), casi nunca Dios interviene personalmente, sino sólo a través de sueños, visiones o milagros. En esta tradición, la salvación del pueblo consiste en la Alianza de Amor con Dios, y no en la tierra prometida. La Alianza es el verdadero tesoro de Israel.
c) Tradición deuteronomista: (26)
designada por la letra “D”. El autor de este documento no se conoce, pero debió ser un levita (sacerdote) de los que peregrinaban de pueblo en pueblo, inculcando la fidelidad a la alianza con Dios. Características: tiene semejanzas con el eloísta; la figura central es Moisés, pero un Moisés orador, legislador, y no un Moisés liberador; no es una narración histórica, sino un código de leyes; la historia del pueblo está presente indirectamente; estilo exhortativo; se insiste mucho en el tema de la elección.
d) Tradición sacerdotal (27):
Designada por la letra “P”. Nació durante el destierro en Babilonia, cuando los sacerdotes releen sus tradiciones y su ley para mantener la fe y la esperanza del pueblo. Características: forma de hablar solemne, litúrgica y abstracta; se preocupa de enseñar, especialmente las normas del culto; busca la precisión de las fechas, cuida la cronología; Dios es presentado de una manera más espiritual y abstracta (es “Espíritu”, es “Palabra”, Gn 1,2).
VI. CONCLUSIÓN:
El mensaje de salvación que Dios quiere darnos se esconde debajo de la historia, leyes, costumbres de un pueblo determinado: Israel. La verdad que el Señor quiere darnos en el Pentateuco, no está en los hechos en sí mismos, sino en el mensaje o enseñanza que el escritor sagrado quiere darnos, a través de esos acontecimientos particulares. La Biblia, entonces, hay que leerla, no como si fuera un libro de historia, sino como un libro de fe y de salvación.

VII. ORACIÓN:
Señor, que el estudio de tu Santa Escritura, me llene de amor por ti por haberme creado, de celo ardiente por tu santa Gloria para defenderte siempre y de fidelidad a tu Ley santa. Te amo, Dios mío. Ten misericordia de mí. Amén. _
(22)También se les llama “El libro de la ley de Moisés” o “El libro de la Ley de Yavhé”.
(23) Literalmente significa en griego “Segunda Ley”.
(24) Textos de esta tradición están en Gn 2, 4b y siguientes; Ex 34, 10-26
(25) Textos de esta tradición están en Gn 15; 37-42; Ex 2; Nm 11, 11-30 y 13-14
(26) Textos de esta tradición se encuentran en el libro Deuteronomio, exceptuando los capítulos 32, 33 y 34.
(27) Algunos textos de esta tradición: Gn 1.2, 4a; todo el libro del Levítico.

 
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"TEMA LA BIBLIA " 7




CONTENIDO DEL ANTIGUO TESTAMENTO

I. INTRODUCCIÓN

No necesariamente lo viejo se convierte en inservible. Hay cosas como las monedas, los muebles finos o los sellos de correo, que aumentan de valor conforme pasa el tiempo.

El Antiguo Testamento tuvo como fin preparar la venida de Cristo, pero no pasó de moda con su llegada. Jesús no vino a abolir lo que estaba escrito, sino a perfeccionarlo. Por tanto, no podemos prescindir de los libros del Antiguo Testamento. Todos son libros revelados por Dios y en ellos, aunque contienen elementos imperfectos y pasajeros, encontramos el testimonio de la pedagogía divina, enseñanzas maravillosas acerca de Dios, sabiduría acerca del hombre, tesoros de oración. En ellos está escondido el misterio de nuestra salvación.


Para entender plenamente el mensaje que Dios nos da en el Nuevo Testamento, es indispensable leerlo en relación con el Antiguo. Toda la Sagrada Escritura es una sola Revelación, un solo mensaje divino que Dios quiere comunicar al hombre, y no la podremos entender, si la escuchamos en forma fragmentada.


Podríamos comparar la Biblia con una cinta magnetofónica grabada en estéreo: para escucharla, usaremos un aparato con dos bocinas: una es el Antiguo Testamento y la otra es el Nuevo Testamento Puedes escuchar la cinta con una sola bocina, pero no oirás la música completa, sino sólo los sonidos graves o sólo los agudos; sólo los instrumentos o sólo las voces. Para escuchar la música tal como la compuso el autor, deberás conectar las dos bocinas y entonces disfrutarás del sonido integral de la composición.


Para entender en toda su integridad el mensaje de Dios en las Sagradas Escrituras, es necesario leer el Antiguo Testamento a la luz del Nuevo y leer el Nuevo Testamento a la luz del Antiguo. En el Antiguo Testamento está escondido el Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento se hace manifiesto en el Nuevo. Ambos se esclarecen mutuamente y, por tanto, son inseparables.


Es más, para comprender bien la Sagrada Escritura y al hombre bíblico, es necesario conocer un poco el país en donde fue escrito, su geografía, su raza y el medio social en que se desarrollaron los hechos que narra la Biblia.



II. OBJETIVO DOCTRINAL:
Ver qué abarca el Antiguo Testamento y conocer el pueblo judío, sus costumbres y sus leyes.

III. OBJETIVO VIVENCIAL:
Leer el Antiguo Testamento con la mirada puesta en el Nuevo, pues muchas de las prefiguraciones del Antiguo Testamento se realizaron en Jesús, en María y en la Iglesia.

IV. TESIS:
Los libros del Antiguo Testamento son 46. Nos narran cómo Dios hizo una Alianza con un pueblo concreto, Israel, para invitarle a una vida de comunión con Él; y cómo ese pueblo le fue respondiendo a Dios, con sus luces y sus sombras. A esto se llama Historia Sagrada; historia, porque se narran sucesos concretos de un pueblo y de unos hombres; y sagrada, porque en esa historia interviene Dios que invita al hombre a la comunión con Él. La Historia Sagrada es como un drama en dos actos. En el primero Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad y habla a ellos por medio de los profetas. En el segundo acto, en el Nuevo Testamento, ha llegado la plenitud de los tiempos, y Dios habla por medio de Jesucristo, su Hijo.


V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:

1. Cómo era el Pueblo judío con sus costumbres, su ley y su fe


Entendemos mejor a una persona cuando conocemos los lugares de donde proviene, a todos nos marca nuestro terruño y la historia del lugar que nos vio nacer y crecer, porque es nuestra prehistoria personal. Con esta intención nos acercamos ahora a la geografía y modo de vivir de Israel, donde tuvo lugar la Revelación de Dios.


a) Características del pueblo judío y su medio:


El pueblo de Israel es un pequeño pueblo, de poco interés para la historia de las grandes civilizaciones, como Egipto, Siria, Persia, Grecia y Roma. La historia de Israel no despierta mucho interés; es uno de los tantos pequeños pueblos que habitaban la llanura de Canaán. Al inicio es sólo una familia nómada (Abraham) que busca un pedazo de tierra para vivir. A través del tiempo se desarrolla en doce pequeñas tribus, que se establecen en Canaán (actual Palestina). Después de un período de permanencia en Egipto (esclavitud), vuelve a su tierra, porque su posición geográfica (entre las dos potencias de Egipto y de Siria), no les favorecía. Padece invasiones ahora de una y ahora de otra de las dos naciones. Es víctima del poder de los persas, de los griegos y de Roma, llegando a ser una pequeña provincia del imperio romano.


Sin embargo, la pequeñez de este insignificante pueblo fue objeto de la maravillosa acción salvífica de Dios. Dios lo escogió para hacerle su pueblo, del que vendrá para todos los hombres su mismo Hijo, el Salvador. Dios guió con su mano providencial la historia de Israel, infundió su Espíritu en sus escritos y literatura, que se convirtieron así en Palabra de Dios.


El Pueblo de Israel no vivió solo y aislado del mundo, sino que anduvo errante desde Mesopotamia a Egipto, y tuvo estrechas relaciones con otros pueblos como los asirios, arameos, fenicios. El país de la Biblia se sale, pues, de los límites propios de Palestina y abarca la zona que se denomina “la media luna fértil”. Esta región iba desde el Nilo hasta el golfo pérsico, pasaba por el Mediterráneo, Palestina y Siria, seguía el curso de los ríos Tigris y Eufrates a través de Mesopotamia formando así una media luna perfecta. Está en el extremo oriental del Mediterráneo, en su costa sudeste, entre el mar y el desierto, y entre Egipto y el Líbano. Físicamente tiene cuatro franjas de oeste a este: la llanura costera (agricultura), el altiplano (montaña), la fosa del Jordán (depresiones, mar de Tiberiades) y la meseta de Transjordania.


En esta amplia región se encontraban las civilizaciones más florecientes desde la Edad de Piedra hasta la Edad de Oro de las culturas griega y romana y las culturas de Mesopotamia, Egipto y Canaán (Palestina).


A este pueblo escogido se le han dado diversos nombres:


El pueblo hebreo:
la palabra “hebreo” deriva de Heber, antepasado de Abraham; por tanto, designaba en principio otros pueblos, y no sólo el pueblo elegido por Dios. Por ejemplo, los moabitas y los amonitas también eran hebreos.

El pueblo israelita:
la palabra “israelita” deriva de los hijos de Israel. Es el nombre más apropiado para llamar al pueblo escogido, formado por doce tribus, que descendían de los doce patriarcas, hijos de Jacob. Israel es el sobrenombre de Jacob. Los israelitas se llamaban a sí mismos hebreos solamente en sus relaciones con los otros pueblos, para emplear la misma terminología que usaban los otros; pero, ordinariamente, hablando entre ellos, no lo usaban nunca.

El pueblo judío:
o también, simplemente, Judá, era originariamente una de las tribus, y más tarde, la población del Reino de Judá, contrapuesto al Reino de Israel. A la vuelta de la cautividad de Babilonia, la mayoría de los repatriados era del antiguo Reino de Judá, y por eso se les empezó a llamar a todos judíos, nombre con el que los llamaron también los judíos.

b) Tierra prometida:

Entre los innumerables nombres que aparecen en la Biblia para designar a la tierra prometida está el de Palestina, patria de Cristo. Palestina quiere decir “tierra de Filisteos”. Su nombre primitivo era Canaán. Está limitada al norte por Líbano y Siria; al sur por la península de Sínaí; al este por el desierto de Arabia y al oeste por el mar Mediterráneo. Está situado, pues, entre las dos civilizaciones más importantes de la antigüedad, Mesopotamia y Egipto.

Palestina forma un cuadrilátero de 250 km de largo con una anchura de 37 km al norte y 150 al sur.


Sus productos son trigo, cebada y árboles frutales, higos, dátiles, uvas y olivos. Zonas pobres son Judea (región al sur, donde se encuentran Jerusalén, Belén, Hebrón y el Negueb (en el sur, junto al desierto del Sinaí).


Su ganado: carneros y cabras, ovejas y asnos, el camello para cruzar el desierto. Y el pescado en la región del Lago Tiberíades o mar de Galilea, al norte.


Palestina tiene dos estaciones en el año: la lluviosa y la seca. La temperatura es muy variable, dependiendo de si la región está cerca del Mediterráneo o del desierto.


Pero en general, podemos decir que Palestina es una tierra árida y pobre, pero para los israelitas que habían permanecido largos años en las estepas montañosas del Sinaí, la tierra de Canaán aparecía fértil y hermosa, “país que mana leche y miel”. Los habitantes viven en continuo sobresalto debido a que son asaltados con frecuencia por tribus nómadas.


c) El agua:


Palestina es una región en que el agua escasea. El único río importante es el Jordán, que en época de lluvias es un torrente tumultuoso que no puede ser aprovechado. Los valles secos sólo reciben agua en invierno; en verano, vuelven a ser áridos.


El suelo no retiene el agua, por lo que hay que hacer pozos o cisternas, para almacenarla, pues el agua es elemento indispensable para la vida. Es un gran tesoro (cf. Is 45, 8; Jn 4, 13). Por eso se convierte en signo de vida y bienestar. Se podría hacer toda una teología del agua, partiendo de diversos textos de la Biblia
(18): el agua como criatura insigne de Dios, como elemento vivificador o temible; elemento simbólico para significar bendición divina o, si el agua falta, como elemento de maldición; otras veces, simbolizará la desgracia que se cierne sobre el hombre, y otras, la eficacia purificadora y vivificadora de la acción divina.

d) El desierto:


Palestina está rodeada por el sur y el este por inmensos arenales, abrasados por el sol. Por eso, es tierra árida y sin vegetación.


¿Qué significa el desierto? En la Biblia tiene una doble significación religiosa:


1.
Tierra estéril, tierra que no ha bendecido Dios, tierra temible y espantosa. (19)

2.
Época privilegiada en que Israel nace como pueblo al calor de la elección divina y en la que, con Dios como guía, alcanza la tierra prometida (20), época de amores e infidelidades (cf. Jer 2, 2; Os 2, 16-17; Ez 20, 10ss; Sal 78, 15-17.40; 95, 8-10; 106).

El desierto se revela así, también en el Nuevo Testamento, como señal de salvación (cf. Is 32, 15; 35, 1; 41, 18; 43, 19-20; Mt 4, 1; Lc 1, 80; 4, 1; Mc 1, 12).


El desierto marca la personalidad de sus habitantes. El nómada adquiere el hábito del silencio, de la reflexión; busca más los valores interiores, es orgulloso de su independencia y de su libertad interior. La lucha contra un medio ambiente adverso convierte a las personas en fuertes y tenaces.


Esta misma aridez del desierto fue la que permitió la conservación de muchos documentos que estuvieron sepultados por miles de años, por ejemplo, los documentos de Qumrán, descubiertos en 1947, que pertenecían a una secta llamada “los esenios”, dedicada al estudio de la Ley.



e) Costumbres del pueblo judío


El sábado:
día de descanso. Comienza el viernes a la puesta del sol. No se podía trabajar nada. Es día de fiesta y alegría. La familia se reúne a la mesa tres veces, con invitados en la comida principal. Nosotros hemos pasado el día de descanso al domingo, por ser el día de la resurrección del Señor.

Fiesta de la Luna Nueva
: con la que comenzaba el año civil. Se tocaba el cuerno del carnero como símbolo de ruego que la humanidad dirige a Dios. Equivale a nuestro año nuevo. Duraba dos días, pero con una preparación de diez días de penitencia o examen de conciencia.

Año sabático:
cada siete años se celebraba el año sabático. Estaba prohibido trabajar la tierra y toda labor en el campo. Todos los productos de la tierra del año sabático se entregaban a los pobres (cf. Lev 23, 11). Los esclavos eran liberados (cf. Deut 15, 12-14).


El año Jubilar:
cada cincuenta años (cf. Lev 25, 8-17). Se perdonaban todas las deudas. Aquí está el origen del Año Jubilar o Año Santo que la Iglesia celebra actualmente cada 25 años y que también recibe el nombre de Año Jubilar.

La Pascua:
conmemoraba el paso del ángel exterminador en Egipto. Se celebra entre el 14 y 15 de Nissán (Marzo; casi al final de invierno e inicio de la primavera). Se ofrecían las primicias del rebaño. Se sacrificaba un cordero, que debía ser perfecto, y que era sacrificado por el padre de familia. Con la sangre del cordero se teñían los postes y el dintel de la casa. La carne se comía asada, sin romper ningún hueso, de prisa, sin salir de casa. Si sobraba algo, debía ser quemado. Se comía además pan ácimo, es decir, sin levadura, sin aceite ni sal. Se hacía con harina nueva, y así se ofrecía a Dios la primera cosecha agrícola. Cf. Ex 12, 14; Lev 23, 4-8; Num 28, 16-25.

Las primicias:
se llevaba al sacerdote una gavilla de espiga de trigo, de la primicia de la recolección (Cf. Lev 23, 9-14).


Pentecostés:
se celebraba cincuenta días después de la Pascua, donde se recordaba la salida del Pueblo de Egipto y la delicia de la tierra prometida. Fiesta esencialmente agrícola y se realizaba como acción de gracias a Yahvé por haber terminado la cosecha del trigo. Se ofrecían a Dios ofrendas voluntarias, dos panes cocidos sin levadura, siete corderos sin defecto, un toro, dos carneros, un macho cabrío y dos corderos más. Duraba sólo un día, que era de alegría y de descanso absoluto. Cf. Lev 23, 15-21; Num 28, 16-25.

Expiación:
Fiesta de Yom-Kipur o Penitencia. Se guardaba absoluto reposo y ayuno riguroso desde la tarde del noveno día, hasta el atardecer del décimo día del séptimo mes. Su finalidad era obtener el perdón divino por las faltas cometidas. El sacerdote entraba en el “Sancta Sanctorum” y rociaba el Arca de la Alianza con la sangre de los animales ofrecidos en sacrificio. Así obtenía el perdón de sus propias faltas y el de los demás. Este día se soltaba un cordero al desierto para que “cargara y se llevara los pecados de la comunidad. Cf. Lev 16, 1-34.


Fiesta de los Tabernáculos o Tiendas
: era la fiesta más importante del pueblo judío, para dar gracias por los frutos, a fin de año. Se celebraba del 15 al 21 del séptimo mes con ceremonias como la Liberación del Agua, la Procesión en torno al Altar de los Holocaustos, etc. El pueblo vivía estos siete días en el campo y era el recuerdo de la vida nómada en el desierto. En la tarde del primer día de la fiesta se encendían -en el atrio de las mujeres- unas grandes lámparas, las cuales difundían tanta luz que no había en Jerusalén ningún patio que no quedase iluminado por ella. Mientras se iluminaban, los levitas cantaban salmos ininterrumpidamente, acompañados de instrumentos musicales.

Santuario:
era el recinto sagrado, donde se colocaba el Arca y un depósito de agua. Se colocaba en el lugar donde se acampaba. Tenía dos recintos: el Santuario y el Sancta Sanctorum, separadas por un velo de cuatro colores. Este velo colgaba de cuatro columnas de madera de acacia y sostenido por anillos de oro.

f) Los ministros del culto


Los levitas:
encargados de guardar el Santuario, preparaban los panes de la propiciación (21), recibían los diezmos, cantaban en las festividades, contaban la limosna, instruían y ejercían justicia. No podían entrar al Sancta Sanctorum. Todo lo realizaban en el atrio.

Los sacerdotes:
debían ser descendientes de la familia de Aarón, sin defectos físicos. Mantenían el fuego perpetuo en el altar de los holocaustos, quemaban las entrañas de los animales que se ofrecían en sacrificios, penetraban al Santuario, pero no al Sancta Sanctorum ofreciendo el incienso para las bendiciones, tocaban las trompetas, enseñaban la ley, juzgaban causas oficiales, visitaban enfermos y exhortaban a los soldados, etc.

El Sumo Sacerdote
era el juez supremo del culto. Le tocaba vigilar el tesoro del templo y gobernaba en todos los aspectos del ministerio religioso. El descendiente primogénito en línea directa de Aarón era elegido como Sumo Sacerdote. Ofrecía el cabrito del sacrificio y entraba una vez al año, en la fiesta de la Expiación, al Sancta Sanctorum, donde rociaba el velo y el Arca con la sangre del animal y quemaba incienso. Consultaba a Yahvé por medio del Urim y Turim que eran piedras que llevaba en el pectoral. Usaba una tiara, especie de corona con la inscripción de “Santidad Yahvé”, un efad o roquete y sobre éste, un pectoral rectangular con doce piedras preciosas. Su subsistencia estaba asegurada, gracias a los diezmos.


2. La Biblia es Historia de la Salvación


Los 73 libros de la Biblia tratan del esfuerzo que Dios ha hecho para salvarnos. Por eso, la Biblia es el libro que contiene la historia de la salvación por parte de Dios. Esta historia de la salvación gira alrededor de un eje: Jesucristo. Todos los libros de la Biblia nos hablan de Jesús; con una diferencia: los 46 libros del Antiguo Testamento hablan de Jesús “que va a venir”; en cambio, los 27 libros del Nuevo Testamento nos hablan de Jesús que “ya vino” y “que va a volver”.


Con este nombre de Historia de la salvación, entendemos la entrada de Dios en nuestra historia y en nuestra vida. Es Dios que viene para conducir a todo hombre a su fin último, que es el Reino de Dios. La enseñanza más importante, el mensaje que el Señor da en cada página es que Dios interviene con su poder en la historia del hombre e interviene siguiendo un plan, un proyecto determinado, desde la creación hasta el final de los tiempos.


En esta historia de la salvación hay tres componentes importantes: Dios, el Pueblo elegido y la Alianza.


a) Dios:


El Dios de nuestros padres, de Abraham, de Isaac y Jacob revela su nombre: Yahvé (cf. Ex 3, 13-15), “Yo soy el que soy”, es decir, soy el Idéntico, la Existencia. Es un Dios que toma partido por el débil y explotado; es el Dios liberador, Señor de la historia humana (cf. Am 2, 10-12; 9, 7; Is 10, 24-27; 22, 11). Es el Dios de la naturaleza y de la creación (cf. Gn 1; Sal 8; Job 38, 41). Fuera de Él no hay ningún otro Dios (cf. Is 41, 24.29; 43, 11; 44, 6). Es el Dios que no podemos encasillar (cf. Job 38, 42), ni localizar (2 Sam 7, 5-7), ni manipular ni fabricar a nuestra medida (cf. Os 11, 9; Nm 23, 19; Jud 8, 16), ni siquiera hacer su imagen (cf. Ex 20, 4-5; Deut 5, 8-9), pues su imagen está en el prójimo (Gn 1, 26-27; 9, 6).


Jesús nos lo ha revelado preferentemente con el nombre de Padre (cf. Mt 11, 25-27; Mc 14, 36; Lc 23, 34.46; Jn 11, 41; 17, 1.5.11) para mostrarnos así su misericordia. Su Padre lo ha enviado a Él (cf. Jn 3, 16; 4, 34; 5, 36), y juntamente con su Padre nos dan el Espíritu Santo Paráclito (cf. Jn 14, 16-17.26; 16, 13-15).


En continuidad con el Antiguo Testamento Dios en Cristo Jesús se identifica con el marginado, el necesitado (cf. Mt 25, 31-46).


b) El Pueblo


Dios que ha creado al hombre como ser sociable, ha querido también ofrecer la salvación no al hombre aislado, sino al hombre llamado a formar una comunidad. Por eso, desde el Antiguo Testamento Dios se eligió para sí un pueblo, para que fuera de su propiedad (cf. Deut 7, 6; 14, 2), pueblo consagrado a Él por la alianza (cf. Ex 19, 5-6); pueblo de Yahvé (cf. Jc 5, 13).


El motivo de la elección no radica en los méritos o cualidades de Israel, sino en la misericordia de Dios que lo ama. De ahí que la elección no sea fuente de privilegios, sino de responsabilidades.


En el Nuevo Testamento Jesús constituye el nuevo Pueblo de Israel (cf. Mt 2, 15; 4, 1-11). Será un pueblo universal, sin barreras de ninguna especie, tal como lo habían anunciado los profetas (cf. Is 19, 16-25; 49, 6; 45, 14; Miq 4, 1-3; Zac 14, 9.16). Este nuevo pueblo es la Iglesia, abierta a todos los hombres.


c) Alianza


Es el pacto que hace Dios con su pueblo, donde le promete su protección, su cercanía.


Se escogió hombres para hacer su Alianza: Noé (cf. Gn 6, 18), con Abraham (Gn 17, 2. 4), con David (cf. 2 Sm 7; Is 55, 3; Sal 89, 4-5), con Leví (Mal 2, 4-5). Pero principalmente la hizo con su pueblo (cf. Ex 19 y 20). No obstante las infidelidades de éste, Dios le prometió una nueva y definitiva alianza (cf. Jer 31, 31-34; Ez 36, 25-28) que se llevaría a cabo a través del Siervo de Yahvé (cf. Is 42, 6; 49, 6; 53, 12).


Esta nueva Alianza fue sellada en la sangre de Jesús (cf. Mt 26, 28) poniendo así fin a las transgresiones de la antigua (cf. Heb 8, 6-13; 9, 15). Es la alianza nueva de la que los escritos del Nuevo Testamento dan fe que ha sido cumplida (cf. 2 Cor 3, 4-6; Gal 3, 15-20; Heb 12, 18-19).


3. Etapas de la Historia de la Salvación


a) Un pueblo que se prepara


Dios desde el principio quiso la salvación de todos los hombres. Desgraciadamente el hombre, desde sus orígenes, rechazó esa amistad divina, separándose así de Dios, enemistándose con sus semejantes y trastornando su relación con la misma naturaleza. A pesar de esto Dios nunca abandonó a la humanidad caída por el pecado.


Deseando la reagrupación de los hombres divididos por el pecado, Dios quiso formar un pueblo, y para eso eligió a los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob. Ellos son los portadores de las promesas que se harán realidad en un futuro: promesas de la descendencia, de la tierra y de la bendición de todos los pueblos.


b) Un pueblo que se libera y se forma


Los descendientes de los patriarcas se establecieron en Egipto, allí sufrieron la opresión y la esclavitud. Clamaron a Dios y Él los liberó sacándoles de la esclavitud. Moisés fue el guía elegido por Yahvé su Dios para llevar a cabo esta empresa. Salieron de la tierra y marcharon por el desierto. Pero se rebelaron contra Dios, porque durante esa trayectoria Dios los fue probando. Dios les perdonó y les mostró su cuidado providente, dándoles pan, agua. En el desierto Dios hizo un pacto con ellos y así quedó constituido y formado el Pueblo de Dios.


c) Un pueblo que vive bajo la Alianza


Al conquistar la tierra de Canaán, bajo el mando de Josué, se establecieron allí. Hubo momentos de gran fidelidad a Dios. Pero otra vez volvieron a apartarse de Dios. Dios les mandó los profetas que les anunciaban de nuevo la alianza, y les denunciaban sus extravíos.


¿Cuáles fueron los pecados de este Pueblo? La idolatría, utilización del culto para sobornar a Dios, explotación de los débiles, rebeldía, etc. Por eso, Dios rechazó a su pueblo con la destrucción de los reinos de Israel y de Judá. El exilio fue la consecuencias de la ruptura de la Alianza.


d) Un pueblo bajo la esperanza de la Nueva Alianza


El castigo del exilio no es la última palabra del Señor, sino que de nuevo les mostrará su misericordia, devolviéndoles a la tierra que habían perdido y dándoles la esperanza de una nueva alianza que no fallaría como la anterior. El pueblo del exilio reconoce su error y se convierte al Señor.


Al regresar a la tierra comienza ese pueblo a vivir la época de los humildes comienzos, sin grandes seguridades humanas. Sólo con la seguridad de la promesa divina va preparándose en el anhelo y la esperanza de la plenitud de los tiempos, la venida del Mesías y la instauración del reinado universal y definitivo de Dios.


e) Un pueblo bajo la Nueva Alianza


Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su hijo nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley. En Jesús se cumplen todas las promesas del A.T; en Él llega a su plenitud toda la historia de la salvación.


Con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, con sus signos y milagros, y sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad instaura y hace presente el Reino de Dios, nos revela la misericordia de Dios que es nuestro Padre, manifiesta y realiza la reagrupación de los hombres dispersos y divididos por el pecado. Agrupa en torno a sí discípulos y gente que lo sigue, formando con ellos la comunidad, el nuevo Pueblo de Dios, abierto a judíos y gentiles. Ese nuevo Pueblo es la Iglesia. Con su sangre sella la nueva y definitiva Alianza.


Sus discípulos son peregrinos en este mundo, colaboran en la construcción del Reino de Dios y anhelan el retorno glorioso del Señor Jesús.


4. Visión panorámica de la historia de la salvación


Dios
crea al hombre para compartir con él su vida divina.

El hombre,
por instigación de Satanás, falla a Dios por soberbia y desobediencia.

Dios hace una
promesa de salvación (Gn 3, 15).

Llama a
Abraham para restaurar la alianza rota. (Año 1900 a.C).

Escoge a
Moisés para liberar al pueblo esclavizado y celebrar la Pascua

Con
Josué, Dios renueva la Alianza (Jos 24, 1-28)

Período de los jueces
para liberar o salvar a su pueblo y darles Canaán (año 1200 a.C)

Período de los reyes
, sobre todo con David, que anuncia la venida del Mesías (año 1000 a.C.)

Período de los profetas
que predican la Palabra de Dios (anuncio y denuncia), llaman a la conversión, purifican el culto, luchan por la justicia, anuncian al Mesías, preparando el camino para la Palabra hecha carne. Hacia la Nueva Alianza (año 1000 a.C).

Cisma:
Reino del sur en Jerusalén, y Reino del Norte en Samaria. La infidelidad y la idolatría son camino hacia el fracaso. Bajo la dominación asiria. Elías y Eliseo son campeones de la fe (930 a.C).

Destierro
: Tiempo de prueba: lejos de la tierra, sin templo, sin culto, sin rey. Bajo la dominación babilónica. Israel se purifica y se convierte. Madura la conciencia del pueblo de Dios. Responsabilidad individual. Se va formando el Israel cualitativo (Años 587-538 a.C.).

Queda el resto fiel
(Is 35, 10; 51, 11), los pobres de Yahve (Ez 36, 26; Jr 32, 37-41). Viene una ardua tarea de reconstrucción material (Nehemías) y espiritual (Esdras) hasta el reencuentro con la alianza (Esdras 8 y 9). Retorno del exilio. Dominio persa con Ciro. Hacia un nuevo reino (año 538 a.C.)

Los sabios de Israel
(Proverbios, Job, Eclesiastés, Cantar, Eclesiástico, Sabiduría y Salmos): guías espirituales de Israel que dan testimonio de Dios, son precursores del evangelio y vivifican los valores humanos. Rebelión macabea en defensa de la fe verdadera contra la idolatría pagana. Dominio griego y romano (333 a.C. y 63 a.C).

El precursor Juan Bautista
, última voz profética: “convertíos porque ha llegado el Reino de los cielos” (Mt 3,2).

LA VENIDA DE JESUCRISTO
, el Enmanuel. Nueva Alianza con su pasión, muerte y resurrección.

Pentecostés:
nuevo Pueblo, la Iglesia, formada por pastores y fieles. Su misión es evangelizar con el testimonio y con la palabra. Este nuevo pueblo tiene un modelo, la Virgen; y un día, el domingo, para actualizar la Pascua. Pueblo que tiene como compromiso la caridad y la justicia. Pueblo que peregrina hacia la patria celestial

VI. CONCLUSIÓN:

Todo el Antiguo Testamento es una espera siempre más creciente de la venida de Cristo. Todo es una tensión hacia Él. Quien termina de leerlo, queda con el ánimo suspenso, en espera de la realización de todo el misterio de salvación ofrecido por Dios. El Nuevo Testamento, con Cristo Jesús, dará respuesta a esa espera de salvación. Jesús es ese Cordero cuya sangre salva al pueblo de la esclavitud (cf. Ex 12), es el Alimento misterioso que en el desierto alimenta a los hebreos (cf. Ex 16); es el Rey-Mesías prefigurado en David; es el Siervo de Yahvé del que habla Isaías. En una palabra, Jesús realiza lo que en el Antiguo Testamento era presentado como una figura.


La síntesis más sublime de este Plan divino, que hace del hombre una imagen perfecta en su Hijo, y de la humanidad un Pueblo santo la encontramos en san Pablo, Col. 1, 3-2, 17 y Ef. 1, 3-21. Podemos resumir estos textos así:


1.
La preparación del plan de salvación en la mente de Dios desde la eternidad, en Cristo.

2.
La preparación de la plenitud de los tiempos (todo el A.T).

3.
La realización de la salvación en su plenitud con Cristo Jesús (Evangelios).

4.
El desarrollo de la salvación en el tiempo, por medio de la Iglesia, como nuevo pueblo de Dios, en macha hacia el Reino (Hechos y Apocalipsis).

5.
El término al final de los tiempos, cuando la historia acabe y se restaure plenamente el Reino de Dios.

VII. ORACIÓN:


Señor, que sepa descubrir detrás del Antiguo Testamento tu amor misericordioso y providente; que detrás de cada página del Antiguo Testamento vaya descubriendo la imagen de tu Hijo Jesucristo, Mesías prometido y anunciado por tus profetas; y esto me llene de esperanza y alegría. Amén.




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(18)
Léanse, por ejemplo, estos textos y sáquense las características del agua en la Biblia: Gn 1, 2.7.9; Prov 8, 27-29; 1 Pe 3, 5; Sal 104; Gn 2, 5-6.10-14; Dt 11, 14; Jer 5, 24; Is 30, 23.25; Job 5, 10; Gn 7, 11-12.17-24; Job 12, 15; Sal 32, 6; Dt 28, 12; Lev 26, 3-4; Gn 27, 28; Sal 132, 2-3; Ap 22, 1-2; Dt 28, 23-24; Lev 26, 19; Is 19, 5-7; Ez 4, 16-17; Sal 18, 5.17; 42, 8; 124, 4-5; 144, 7; Núm 8, 7; 2 Re 5, 10-14; Ez 47, 1-12; Is 44, 3-4; Jer 17, 8; Jn 4, 10-14; 7, 37-39; 19, 34; 1 Co 10, 4; Mt 3, 11; Jn 3, 5; He 22, 16; 1 Co 6, 11; Ef 5, 26; Heb 10, 22

(19)
Léanse estos textos: Gn 2, 5; Dt 1, 19; Is 14, 23; 30, 6; Sof 2, 13; Lc 3, 1-4

(20)
Léanse estos textos: Éx 3, 18; 5, 1; 13, 17-21; Dt 8, 2.15-18

(21)
La mesa de la Propiciación era el lugar en donde se ofrecían doce panes en honor a cada una de las tribus de Israel.
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